ALCORNOCAL DE LA DEHESA VIEJA
El único bosque de esta especie en Madrid yace ignorado en un cerro entre El Berrueco y Torrelaguna
El pecado que al parecer ha cometido el alcornoque es el de haberse dejado la piel al servicio de un amo ingrato. Y es que, aparte de ofrecer bellotas a capazos y una casca interior rica en curtientes, el 'Quercus suber', desnudado de su corteza exterior cada diez o doce años, es fuente perennal de corcho (se sabe de un ejemplar de Huelva que daba 550 kilos en cada descorche), cuyas aplicaciones son bien conocidas: tapones, artes de pesca, aislantes, calzado...
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